sábado, 13 de diciembre de 2008

La Invitación

ANGEL EXTERMINADOR – LA INVITACIÓN

Se llamaba Abelardo Cardin ( él decía que pronunciado “Carden” como en francés ), y aunque nunca explicaba el porque, siempre realizaba esta apreciación, como una coletilla pegada a su nombre. Se había puesto en contacto conmigo hacía un par de semanas para ofrecerme editar mis últimos escritos. Ni siquiera recordaba cuando había enviado mis “milongas” a esa editorial, aunque suelo hacerlo de forma automática a todas las que conozco, y por supuesto como habían podido llegar a manos de Abelardo. Así que mi sorpresa fue mayúscula cuando levante el auricular y su voz golpeo en mis oídos removiendo una época de mi vida que no deseaba recordar.

-- Angel Exterminador?

Sin darme tiempo a contestar continuo. . .


-- Soy el editor Abelardo Cardin (Carden), y han llegado a mi manos los últimos cuentos que has escrito bajo el titulo de “Milongas”, y la verdad me han causado una impresión muy positiva, y estoy seguro de que tu forma de expresión y relatar ciertas situaciones puede encajar perfectamente en un proyecto especial y novedoso que me llevo entre manos.
-- Encantado, y. . . – a su mas puro estilo volvió a dejarme sin poder terminar mi frase y continuo... –
-- Este viernes día 26 he organizado una cena con otros 19 autores, durante la cual pretendo haceros participes de una idea de creación y publicación conjunta que estoy seguro os va a interesar, tanto por su originalidad como por el reto que supone para unas mentes ambiciosas como las vuestras. Disculpa pero en este momento no me parece adecuado el decirte el nombre de estos 19 compañeros, además estoy seguro que no os conocéis entre vosotros, y forma parte del proyecto que os descubráis en ese instante. Tengo la seguridad de que, una vez que sepáis los detalles del mismo, no podréis excluiros del mismo.
-- Bueno, -- alcance a intercalar una vez que pude cerrar la boca – ante una proposición tan llena de misterio, y envuelta en una alo de atracción, es imposible resistirse. . .
-- De acuerdo entonces, este viernes 26 a las 10 de la noche en el restaurante “Il Pastificcio” cerca de la Plaza los Sitios, no faltes.
-- Allí estaré. – dije y Abelardo colgó.

Abelardo Cardin (Carden), jolines, seguro que no sabía quien era yo. Jajajajaja. Parecía imposible pero mi sorpresa no podía expresarse de otra manera que de una carcajada. ¡Ufff, menos mal! Hacía ya más de 5 años que había cambiado mi nombre. Durante este tiempo había huido de Abelardo, de mi y de todos los abelardo’s de este mundo. Siempre había pensado que su nombre, “A b e l a r d o“, tenía mucho que ver con ser un hijo de puta integral, incapaz de sentir las mas mínima interconexión con otra persona que no fuera el mismo. Seguro y directo hacía el fin que se había propuesto.

Habían pasado muchos años, pero todavía lo veo perfectamente, ahí, levantado en el aula de la facultad de literatura, desarrollando el tema de la simbología en la literatura infantil. Que si los cuentos de Caperucita Roja, la Cenicienta pertenecían al estilo de los cuentos de hadas, que si la mitología, que si. . . Su casi 1’90 de estatura y corpulencia, unido a esa voz profunda y conocedora de los sistemas griegos de la retórica producían el ensimismamiento de los veinteañeros allí reunidos. Era un Dios.

Por eso el día que me invito a su casa para hacerme una proposición de trabajo y desarrollo de mis capacidades de expresión la excitación lleno todo mi cuerpo al igual que en la primera cita con una mujer fantástica. Y al principio eso de escribir, o mejor dicho, rehacer los textos de amigos suyos que necesitaban o estaban en una fase de falta de contacto con las musas creativas, como a él le gusta decir, no me parecía nada tan especial. Tarde más de un año es darme cuenta lo que quería decir realmente eso de hacer de “negro” para un editor.

Pero ahora no era el momento de repasar los detalles de mi vida con el gran maestro Abelardo, sino de sonreír con la elaboración de hipótesis sobre la famosa propuesta anunciada que el día 26 nos haría a mí y a 19 más en torno a una cena. Yo ya no tenía 20 años, él no sabía quien era yo, quería ver que cara ponía al verme después de tanto tiempo, además quienes serían los otros 19, siempre me habían atraído los retos, esa era una de mis grandes debilidades; ¿Donde escondería esta vez la trampa Abelardo?

Sabía que el 26 cualquier cosa podía pasar.

20 escritores en manos de un editor llamado Abelardo

6 comentarios:

PHAROS dijo...

nos veremos con abelardo cardin pronunciado Carden
Besos,

Doberka dijo...

Bueno Ángel, espero que hayáis disfrutado de la noche tanto como yo, aunque fuera corta mi presencia. Prometo quedarme hasta final si llega la ocasión, claro.
Besos. Loli

anhelo.graphicdesign dijo...

angel... sube mas textos para que podamos disfrutar de tus lineas....

PHAROS dijo...

angel anda de todo corazon llevo casi cuatro meses con ese escrito no se si tu intencion es que me lo aprenda de memoria o no vaya a tu blog
ajajajaj
besos

ASTEROIDE B 612 dijo...

Angel, haznos caso y sube más textos, que los haces en un plinn.
Besos

ASTEROIDE B 612 dijo...

¡Vamos! Que ni Pamplona. Nunca mejor dicho. Ni caso, que no nos escribes na.